NextGen Core: No es la tecnología, sino la estrategia.
En mayor o menor medida, los movimientos hacia el universo Open (Open Banking, Open Finance, Open Investment y similares) también han contribuido significativamente a impulsar lo que hoy se llama NextGen Core Banking, o la próxima generación del Core bancario. La tecnología está cambiando rápidamente y la demanda de encajamiento digital con los clientes -acelerado por la pandemia- ha forzado los bancos a una transformación digital. Estos dos puntos se conectan y ayudan a explicar la demanda creciente por digitalización y tecnología de última generación.
Por supuesto, no se trata de un nuevo paradigma. Es innegable que se está produciendo una transición histórica de los trámites en papel a los actuales sistemas digitales. Mientras las instituciones tradicionales enfrentan desafíos impuestos por sus sistemas legados y sus limitaciones en la era tecnológica que avanza rápidamente, los bancos nacidos digitales, nativos en la nube, tienen la posibilidad de ser más ágiles y rápidos en términos de oportunidades, ofertas a sus clientes adelantando los que llamo de time-to-revenue.
Lo que queremos llamar NextGen Core Banking sería el desarrollo de plataformas nativas de la nube con una arquitectura flexible de eventos, escalable y componible.
En ellos, la construcción se realizaría íntegramente a través de APIs y microservicios, lo que permitiría, por ejemplo, a los usuarios empresariales crear nuevos recursos empresariales componiendo nuevos microservicios, en una cadena virtuosa, con transacciones en tiempo real, proporcionando actualizaciones inmediatas a las cuentas de los clientes y permitiendo transferencias de fondos, pagos de facturas y la captura en línea de los eventos ocurridos en el Core, permitiendo que el banco tome decisiones inmediatas sea una notificación al cliente, un check de seguridad de una transacción, un alerta a el equipo de ventas del banco sobre un deposito en una cuenta, una contabilización online, dentro otras muchas posibilidades hasta hoy difícilmente usadas por los bancos.
Dentro de todo lo que he descrito hasta ahora, ¿qué se puede considerar “NextGen Core”? Aunque algunos perciban que este término tiene un fuerte componente de marketing, es importante reconocer que las tecnologías detrás de esta tendencia ya están siendo implementadas globalmente en los procesos de modernización. El desarrollo tecnológico es continuo, y lo que hoy consideramos innovador, en unos años podría convertirse en legado. No obstante, la clave aquí es cómo las instituciones están integrando estas herramientas para transformar sus operaciones.
Los datos de una encuesta realizada por el laboratorio Cedar-IBSi FinTech mostraron que más de la mitad (54%) de los encuestados consideran que los microservicios y la conectividad API son los atributos considerados más importantes dentro del llamado NextGen Core Banking. Otro 23% considera que las capacidades de extremo a extremo son las más relevantes, seguidas de las capacidades nativas de la nube (21%) y el flujo de trabajo integrado (2%). Al observar estos números, no veo nada de la generación venidera. Al contrario: estos son temas actuales hoy en día.
Puedo decir que tales hallazgos y cambios están en curso y, en mi opinión, no necesariamente representan una ruptura total de paradigma o algo completamente novedoso, pero sí muestran una evolución importante: lo que está cambiando no es solo la tecnología, sino la mentalidad y la estrategia de las instituciones financieras. El verdadero valor del NextGen Core Banking, no radica solo en la mera tecnología, sino en cómo estas plataformas permiten una transformación profunda en los modelos operativos, demanda regulatoria y en la interacción con el cliente.
La verdadera transformación viene de adoptar una visión centrada en el cliente, pero no en el sentido tradicional que ha existido por décadas, sino en un enfoque renovado que aprovecha las capacidades de los ecosistemas abiertos, la integración a través de APIs y la transparencia radical en los servicios financieros. Este enfoque no solo es una adaptación de las tecnologías actuales, sino un cambio profundo en la manera en que los bancos interactúan con sus clientes y optimizan sus operaciones. La banca del futuro, tal como la estamos viendo desarrollarse, se orienta hacia un modelo flexible, componible y nativo en la nube, que pone al cliente en el centro de una red interconectada y abierta de servicios.
Lo que realmente transformará la banca del futuro no es solo la adopción de nuevas tecnologías, sino una reconfiguración completa del modelo bancario, donde el cliente, los datos y los ecosistemas abiertos convergen de manera tan integrada que para 2030 la banca actual parecerá obsoleta. Los bancos que se atrevan a liderar este cambio no solo sobrevivirán, sino que redefinirán el sector, anticipándose a las necesidades de los clientes antes de que estos siquiera las conciban.